Desde el colegio hasta universidad, todo estudiante necesita del apoyo constante de su familia para lograr buenos resultados. Sin embargo, cada etapa formativa requiere de distintos tipos de ayuda. Por eso, si te has preguntado “cómo ayudar a mi hijo en la pre”, sobre todo en esta nueva etapa, a continuación, te presentamos 3 consejos para apoyar a tu hijo durante la preparación preuniversitaria y lograr el mejor desarrollo de cara a la universidad.
- Dale independencia
Los jóvenes están en la edad adecuada para ser más independientes, sobre todo, en el ámbito de la formación académica. Nadie los conoce mejor que ellos mismos porque saben cuáles son las materias que se les facilitan y las que se les dificultan, los horarios de estudio en los que responden mejor (algunos en la tarde, otros en la noche) y qué temas les interesan más. Gracias a todo esto, ellos ya son capaces de organizarse mejor y plantearse objetivos concretos.
Es importante subrayar que la independencia aún no debe ser total, pues todavía necesitan de tus consejos y de los de sus profesores para corregir detalles y errores. Con esto, escuela y padres de familia forman un equipo de apoyo para lograr los objetivos de los estudiantes. - Apóyalo en sus decisiones y aconséjalo
En este punto la palabra clave es comunicación. Padres e hijos deben conservar tiempos de convivencia y fortalecer su confianza a través de un intercambio sobre los deseos, gustos, sueños y objetivos en los estudios superiores. Es de vital importancia que tú, como padre de familia, tomes en cuenta sus objetivos. Mientras tu hijo comparte sus pensamientos, tú puedes darle consejos que lo ayuden a expandir su visión del mundo y formas de lograr lo que se plantea. Eso significa no presionarlo a lo que te a ti te gusta o te parece, sino de compartir experiencia y permitirle decidir. - Respeta sus tiempos y horarios de estudio
Cada estudiante preuniversitario debe establecer sus horarios de estudio en casa y lo ideal es que todos los integrantes de su familia los conozcan. De esta forma, se evita que se empalmen actividades, por ejemplo, las horas de estudio se realizan en tiempos diferentes a las tareas domésticas o el tiempo en familia o salidas. El equilibrio es lo mejor para manejar los tiempos.
Los horarios pueden ser flexibles. Así, cuando el estudiante se enfrenta a un proyecto o trabajo final que requiere de más tiempo de estudio, la familia puede reacomodar tiempos, ya sean de convivencia o de otras tareas, con el fin de apoyar a la realización de dicho trabajo.
Todo ello en un entorno de clases remotas se hace mas necesario, darle espacio y lugar apropiado es fundamental para evitar el estrés y la distracción.